El motivo por el que volvemos a Punta Arenas no tiene desperdicio, ¡nos lleva la armada chilena en un bucle de guerra a Puerto Williams!
¡Qué experiencia tan cojonuda! ¡Escotillas, camarotes, antiaéreos y lanchas! Vamos a bordo del bucle de guerra 'Elicura' al mando del comandante: Arsentsen ¡Es realmente como las películas muestran los bucles de guerra! Además, hay camas, duchas con agüita calentita y TRES COMIDAS al día deliciosas! ¡Todo ello GRATIS! ¡Por solidaridad con la causa del equipo! Por supuesto, ¡queremos dar las GRACIAS de todo corazón a la armada chilena en nombre de nuestro equipo!
¡Qué preciosidad de tierras y mares contemplamos por el estrecho de Magallanes navegando en nuestro bucle de guerra! ¡De verdad que no tiene desperdicio! ¡Recorremos cientos de canales abrazados por una andina cordillera que parece nacer del mar para ir alzándose ante nuestra mirada perdida anclada en el horizonte… ¡Varios glaciares están protegidos por ballenas, toninas (una especie de delfín) y focas! ¡Una maravilla poder disfrutar de tanta flora y fauna en estado salvaje!
De camino a P. Williams paramos en 'isla Dawson (lugar en el que el ejército chileno hace maniobras. La gente también habla de presuntos acontecimientos poco éticos que tuvieron lugar aquí durante la dictadura de Pinochet)'. Aunque no nos permiten fotografiar y apenas nos han dejado adentrarnos un poco por un camino principal, ¡hemos hecho una foto antes de que nos lo prohíban! Guauguauguau
Mientras descargan víveres, autos y otros elementos de los que no poseemos información, nos han permitido avanzar un poco hasta una iglesia negra con marcos blancos en un valle postrada, esperando la repentina caída de algún habitante de esta peculiar isla. Yo me he salido del camino (soy huevito; hago lo que me da la gana) y he vuelto lleno de una especie de cardos con forma de pelotitas anaranjadas que no pinchan demasiado, pero se enredan como demonios en mi pelazo! ¡Mis compis han pasado como una hora para quitarme todos! Guauguauguau
Tras descargar en Dawson volvemos al bucle de guerra y, ahora sí, ¡nos dirigimos a Puerto Williams!
Así pues, continuamos nuestro bucle de guerra en el viaje y tenemos algunos problemas por un fuerte vendaval que sacude el bucle de guerra de un lado a otro. Por suerte, ¡Tepe ha tenido buen ojo con la brújula y ha sabido orientar a la tripulación cuando todo parecía estar perdido! De este modo, hemos conseguido llegar a Puerto Williams; lugar en el que un día de verano cualquiera llueve intensamente y las temperaturas son próximas a los cero grados. No obstante, es francamente bonito.
Apenas estamos en Puerto Williams unas tres horas; tiempo que tardan en descargar mercancía del bucle de guerra, y, tras esto, tenemos que volver a Punta Arenas con los marines o no podrán hacerse responsables de lo que allí nos ocurra ¡Así que volvemos (no, no hicimos la excursión a los dientes del navarino)! ¡No podemos desperdiciar este viaje en bucle de guerra tan maravilloso!
Mientras navegamos de vuelta, el equipo de comunicaciones de la armada chilena ha contactando con un crucero para facilitarse información relativa a la navegación. Cuando nos hemos cruzado con este barco la armada ha hecho sonar su bocina a máxima potencia y... ¡Una mujer nos ha mostrado sus senos desde uno de los camarotes del crucero! Guaugaugua
De vuelta a Punta Arenas tenemos que, estamos ya en el quinto día de viaje en el bucle de guerra y nos sentimos en deuda con la tripulación. Como agradecimiento, les hemos fabricado una artesanía de macramé con el nombre del bucle de guerra a la tripulación (nos gusta tener detalles con quien nos trata bien aunque no tengamos lo que quiera que sea el dinero ese y tampoco pueda equipararse lo entregado con lo recibido). Sin embargo, al comandante le ha gustado tanto, que creemos que se lo ha llevado para su casa! Guauguaua
Hemos llegado a Punta Arenas sobre las once de la noche y tenemos que salir del bucle de guerra atracado en el puerto de la armada, junto a un bucle de guerra, que colinda por el otro lado con otro bucle de guerra.
En este preciso instante, Justin ha sido ascendido al rango de almirante por un comportamiento ejemplar a bordo del bucle de guerra.
Ya en tierra toca buscar un lugar en el que acampar a cero grados centígrados. Lo hacemos en una pequeña zona verde situada frente a la entrada principal de la marina, tras conversar largo tiempo con personal de las fuerzadas armados que controla el acceso al recinto militar. Ha sido una conversación divertida y emotiva a partes a iguales, en la que uno de los trabajadores (no son militares) se nos ha desplomado tras afirmarnos que él no tuvo opción de elegir su destino debido a la dictadura militar que en Santiago de Chile tuvo lugar. Desde aquí, ¡te mandamos un fuerte abrazo, compañero! ¡Mucha fuerza!
¡Guau, guau!
Comments